Propongo a los lectores de este blog un sugestivo texto del famoso teólogo Karl Rahner sobre la acción de Dios a través de su Espíritu en nuestro día a día. Una amiga ha añadido como glosa otras circunstancias en las que ella siente y ha sentido el actuar del Señor en su vida (están en azul). Cada uno de nosotros también podemos añadir las nuestras. No es difícil reconocer la acción del Espíritu una vez que nos damos cuenta que su actuar es siempre ‘cristiforme’: sigue siempre el esquema pascual de muerte y resurrección.
Crucifijo de la Catedral de Puerto Príncipe (Haití) después del terremoto |
Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los crecimientos y todas las caídas,
Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad,
Cuando un hombre conoce y acepta su libertad última, que ninguna fuerza terrena le puede arrebatar,
Cuando se acepta con serenidad la caída en las tinieblas de la muerte como el comienzo de una promesa que no entendemos,
Cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar,
Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría, se viven sencillamente y se aceptan como promesa del Amor, la Belleza y la Alegría, sin dar lugar a un escepticismo cínico como consuelo barato del último desconsuelo,
Cuando el vivir diario, amargo, decepcionante y aniquilador, se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, aceptado por una fuerza cuyo origen no podemos abarcar ni dominar,
Cuando se corre el riesgo de orar en medio de tinieblas silenciosas sabiendo que siempre somos escuchados, aunque no percibimos una respuesta que se pueda razonar o disputar,
Cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una victoria,
Cuando el caer se convierte en un verdadero estar de pie,
Cuando se experimenta la desesperación y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil,
Cuando el hombre confía sus conocimientos y preguntas al misterio silencioso y salvador, más amado que todos nuestros conocimientos particulares convertidos en señores demasiado pequeños para nosotros,
Cuando ensayamos diariamente nuestra muerte e intentamos vivir como desearíamos morir: tranquilos y en paz,
Cuando... podríamos continuar durante largo tiempo.
Cuando preferimos anonadarnos contemplando la belleza del agua, en vez del vaso que somos,
Cuando nos dejamos mirar por Dios y embriagar por Él, y ya nada más anhelamos que Su Rostro y Su Presencia,
Cuando miramos a Jesús en la cruz y le amamos,
Cuando sentimos la mirada compasiva y misericordiosa de Dios que nos dice que somos preciosos, que asume todo nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro y que nos acompañará siempre,
Cuando miramos a Jesús resucitado y sentimos la fuerza de la Fe, de la Esperanza y del Amor,
Cuando damos de corazón gracias a Dios por la obra que ha creado en nosotros y el itinerario que nos ha regalado,
Cuando lloramos, somos confortados y somos consolados por Jesús y por nuestra Madre, María,
Cuando somos curados y nos dejan a cargo del tabernero para que nos cuide y además nos dan dinero para el viaje de vuelta,
Cuando tenemos conocimiento de nuestros pecados, acudimos a Dios y somos perdonados,
Cuando sentimos la paz en nuestro corazón y miramos al Cielo,
Cuando Dios enciende las luces, abre los armarios y cajones y juega con los aparatos eléctricos para que notemos su presencia y hacernos reír,
Detalle de la Piedad de Miguel Ángel |
Cuando Dios no nos deja recordar o interrumpe nuestros pensamientos, haciendo ruiditos para que volvamos a fundir nuestra mente con Él. Cuando Dios nos tiene ocupados para centrar nuestra atención en Él y para hacernos pacientes,
Cuando Dios nos muestra su Poder y su Conocimiento de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro,
Cuando Dios nos despierta por la noche para hacernos buenos, pacientes y capacitarnos para cuidar y vigilar a nuestra familia,
Cuando Dios nos alerta de los peligros y sólo mucho después nos damos cuenta de que nos avisó pero no le escuchamos,
Cuando Dios emplea métodos que no entendemos pero nos sostiene firmes en la Fe de que Él es Padre, es Bueno y Bueno es todo lo que Él hace,
Cuando Dios entra con su Cuerpo en nuestra vida,
Cuando nuestros deseos se concretan en discernir la voluntad de Dios y llevarlo a la vida y en ofrecernos como hostias vivas y agradables al Padre,
Cuando esperamos acabar siendo “rastro de Dios, y triunfar perdiendo en combate de amor nuestro desafío”,
Cuando Dios nos hace conscientes de nuestros apegos, para liberarnos y para que descubramos la felicidad de la salvación,
Cuando Dios quita las raíces de las malas hierbas, oxigena la tierra y espera pacientemente a que la tierra de fruto,
Cuando rezamos.
Cristo Crucificado de Velázquez |
Allí está Dios y su gracia liberadora,
Allí conocemos a quien nosotros, cristianos, llamamos Espíritu Santo de Dios,
Allí se hace una experiencia que no se puede ignorar en la vida, aunque a veces esté reprimida, porque se ofrece a nuestra libertad con el dilema de si queremos aceptarla o si, por el contrario, queremos defendernos de ella en un infierno de libertad al que nos condenamos nosotros mismos.
Esta es la mística de cada día, el buscar a Dios en todas las cosas.
Aquí está la sobria embriaguez del Espíritu de la que hablan los Padres de la Iglesia y la liturgia antigua y a la que nos está permitido rehusar o despreciar por su sobriedad.
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