Pensamientos en torno a la Navidad 2013
El día de la
Vigilia de Navidad me mandó una amiga un Whatsupp con una foto de un belén que había hecho en un rincón de su casa; “mi sencillo belén” escribió, explicando
la foto, y así en efecto era: un nacimiento muy sencillo con la cabaña con paja
y un ángel en el techo, el buey y la mula, la sagrada familia, alaguna ovejas y
los reyes magos, unas palmeras... Todo muy sencillo, pero bellísimo y se notaba
que hecho con mucho cariño. Creo que ese belén representa muy bien el misterio,
con M mayúscula, que celebramos en estas fiestas,
misterio de amor y de sencillez, misterio de un Dios que se hace pobre y débil,
misterio de un Dios que entra en nuestra historia y cotidianidad, nuestra ordinariez, entendiendo bien esta palabra.
He pensando
mucho estos días en lo importante que es la tradición del belén impulsada por
esa representación viviente que hizo san Francisco del nacimiento de Jesús en
1223 en Greccio, haciéndose traer unos animales y un pesebre, y hablando del
nacimiento del ‘Rey pobre’. Cuando hacemos un belén, hacemos un acto de amor,
de ternura y de fe, como hizo esa noche de hace casi 800 años el ‘pobrecillo de
Asís’, queriendo hacer presente en nuestras casas e Iglesias el acontecimiento
que ha cambiado la historia del mundo y que da sentido a nuestra vida. Lo
hacemos sabiendo que representar ese misterio de salvación es un modo de
anunciarnos y anunciar la buena noticia de Jesús y de hacerla presente en
nuestros hogares y templos, sobre todo cuando estamos pasando por momento
difíciles. Es un modo de decir que nuestra vida por muy mal que esté, con toda
su cotidianidad y ordinariez, tiene
sentido. Hacer un belén, diría yo, es un modo concreto de orar, de alabar y
adorar y dar gracias a Dios.
Hay un
aspecto del nacimiento de Jesús que se representa con mucha expresividad en la
tradición de
los belenes y que creo que este año cabe destacar. Es la primera Navidad
del papa Francisco, que ha elegido este nombre como papa por su cercanía
espiritual con el santo de Asís y por su especial predilección por los pobres. De
hecho, lo que sin duda caracteriza más este pontificado realmente profético
para nuestro tiempo es su clara opción por lo pobres, como puso claramente de
manifiesto a los pocos días de ser elegido hablando con los periodistas: “¡Cómo
me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”, dijo. Esta opción para el papa
no es una cuestión de marketing, como algunos podrían pensar, ni tampoco una
estrategia evangelizadora, ni un mero asunto de justicia social o de coherencia,
o algo romántico y sentimental, ni se debe a que los pobres sean moralmente más
buenos, sino es una elección que tiene un claro fundamento teológico: es Dios
quien elige a los pobres, es Dios quien opta claramente por ellos, como
constatamos al leer la Biblia. Privilegiar a los pobres es lo que hace Dios
desde siempre. El nacimiento de Jesús en Belén es también una clara muestra de
ello y así lo representamos en nuestros belenes.
El pesebre de Greccio - Giotto (1295-1299) Basílica Superior de Asís (Italia) it.wikipedia.org |
En el documento
programático para la misión de la Iglesia en los próximos años titulado Evangelii gaudium que se hizo público
hace pocos días, el papa lo dice expresamente: “Hoy y siempre ‘los pobre son
los destinatarios privilegiados del Evangelio’, y la evangelización dirigida
gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir
sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres.
Nunca los dejemos solo” (n. 48).
Papa Francisco en una cárcel de menores Casal del Marmo - Roma (Jueves Santo 2013) Fuente de la image: vaticaninsider |
A algunos, el Misterio del Amor de Dios, nos cambia la vida, por fortuna. Especialmente, a los que somos pobres. "Hay muchos tipos de pobreza..." Decia Madre Teresa. Es tal el Mistero, que a veces, ni uno mismo ni el pobre , que es el prójimo, lo entiende.
ResponderEliminarEn cualquier caso, solo cabe dar gracias.
Que Dios bendiga a usted y a su familia y tengan un muy feliz 2014.
Marita