MATRIMONIO
DE KARIM Y PALOMA
Madrid,
20 de marzo 2021
Lecturas
Lectura
del Canta de los Cantares 4: ¡Ven del Líbano, esposa, ven del Líbano, acércate!
Salmo
23: El Señor es mi pastor
1
Co 13. Ambicionad los carismas mejores y aún os voy a mostrar un camino mejor
Juan
15: A vosotros os llamo amigos; amaos unos a otros como yo os he amado
Queridos
Karim y Paloma:
Queridas
familias:
Queridos amigos:
Nos
encontramos reunidos aquí hoy, en esta bella Iglesia de San Fermín de los Navarros,
después de tantas dificultades y tantas incertidumbres. Echamos de menos
a los que por distintas circunstancias no pueden estar presentes hoy, sobre todo la familia de Karim, su madre en primer lugar. También
echamos de menos y tenemos en nuestras oraciones a su padre, Hilal, que falleció
en el mes de agosto, y los demás familiares y amigos nuestros que ya no están, de
un modo muy especial Fernandito, hermano de Paloma. Vivimos tiempos difíciles,
a los que no sabemos dar todavía un sentido, tan llenos de extrañeza e
incertidumbre. Sin embargo, el virus no ha podido con Karim y Paloma, con
su amor y su deseo de unir sus vidas, y no ha podido tampoco con nosotros que estamos hoy aquí para celebrar de la mejor forma posible su unión matrimonial y
acompañarles con nuestro cariño y oración en este día tan importante de sus
vidas, en el que se unen para siempre, se vuelven una sola carne, una sola cosa,
como dice la Sagrada Escritura.
Es
una boda algo especial esta que hoy celebramos, también porque Karim no está
bautizado, el es libanés y de religión musulmana. Sin embargo, para la Iglesia
es un verdadero matrimonio, con los mismos derechos y deberes de un matrimonio
entre bautizados, y que se celebra con el mismo rito. Esto se debe a la peculiaridad
del matrimonio, que, a diferencia de los demás sacramentos, es una realidad
humana que existe antes de Cristo. Como dice el libro del Génesis: “por eso
abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá su mujer y serán los dos
una sola carne” (Gn 2, 24). Con
su encarnación, Jesucristo asume esta realidad humana, querida y establecida
desde el principio por Dios Creador, la sana y la eleva para ser signo del
amor entre Dios y la humanidad.
Después
de esta pequeña clase de teología sacramental, que me excusaréis, quiero comentar
muy brevemente las lecturas que Karim y Paloma han elegido para su boda,
lecturas de la Palabra de Dios, que ilumina nuestra vida y es lámpara para
nuestros pasos.
Han
elegido, en primer lugar, una lectura del libro del Cantar de los Cantares,
un libro del Antiguo Testamento que es un poema de amor entre un novio y una
novia. Han elegido esta lectura seguramente porque en ella se habla del
Líbano, esa tierra tan hermosa, antes une verdadero oasis de paz y de convivencia
pacífica entre personas de distintas religiones en el Medio Oriente, y que hoy
está pasando por un momento extremadamente difícil. Karim viene del Líbano,
como la esposa del Cantar de los Cantares: “Ven del Líbano, esposa, ven del
Líbano, ¡acércate!”, hemos escuchado en la primera lectura. Así es para
nosotros aquí hoy. Este matrimonio que nace con distancias de países, de
culturas, de religión, está llamado a superar todo esto y a demostrar que la
paz, la fraternidad de la que tanto habla Papa Francisco, la unidad en la diversidad,
la convivencia pacífica y enriquecedora, y el amor entre personas de distintas
tradiciones, es posible y es una cosa muy muy bella cuando acontece. El matrimonio
de Karim y Paloma está realmente llamado a ser un signo de esperanza para todos
nosotros en este complicado momento que vive la humanidad.
La
segunda lectura es un texto que creo la mayoría conocemos bien. Es el llamado himno a la caridad que
encontramos de la primera carta que San Pablo dirige a los Corintios. El apóstol
quiere enseñarles el camino por excelencia para todo cristiano, más allá de los
dones espirituales que cada cual pueda tener y por muy impresionantes que estos
puedan ser; este camino es el del amor-caridad. No cualquier amor, sino el amor-caridad,
ágape en griego, el que nos ha mostrado Jesucristo, un amor que
‘disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
Un amor que no pasa nunca’. Estamos llamados a vivir este amor en los distintos
ámbitos de nuestra vida, ya que la santidad a la que todos estamos llamados significa
vivir la perfección de la caridad. Sobra decir que un lugar privilegiado
para vivir este amor, en su forma también tan especial de amor conyugal, es el
matrimonio y la familia. ¡Os deseamos de verdad, Karim y Paloma, que viváis
este amor en vuestro matrimonio! Este
amor es lo único que puede llenar el corazón del ser humano y apagar esa sed de amar y
ser amados que todos tenemos.
Por
último, el texto del evangelio de Juan que Karim y Paloma han
elegido, está tomado del discurso de Jesús en la sobremesa de su última cena
con sus discípulos. Jesús les pide que se amen entre ellos como Él los ha
amado, con ese amor grande de quien entrega su vida por los demás. Los llama amigos
porque les ha revelado los misterios del reino de Dios y dice que es Él quien los
ha elegido para que den mucho fruto. Estas pocas palabras del evangelio de Juan
describen bien la vivencia íntima del discípulo de Jesús: sentirse amigo de
Dios, sentirse elegido sin mérito alguno de su parte, sentirse llamado a amar
porque él ha sido amado primero de forma gratuita e incondicionada, sentirse
obligado a dar fruto de vida eterna, lo que significa ayudar a los demás a
crecer hacia su plenitud. Paloma en su matrimonio con Karim, está llamada a
hacer justo esto, dar testimonio de su fe, no tanto con sus palabras, sino con
su amor, haciendo que Karim crezca día a día en su humanidad. Karim, por su parte,
está llamado a amar a Paloma, y ayudarla a ella también a llegar a su
plenitud humana, respetando su fe.
Queridos
Karim y Paloma: Realmente pido a Dios que os bendiga, diga-bien de vosotros, que
esté a vuestro lado y en vuestro hogar, que os cuide y proteja en estos difíciles
tiempos. ¡Que vosotros podáis ser para los demás un verdadero signo de
esperanza y fraternidad! ¡Que sepáis acoger y ayudar a los demás, sin
cerraros en vosotros mismos, como el miedo y la incertidumbre muchas veces nos llevan a hacer! ¡Que vuestra casa sea un lugar acogedor y abierto! ¡Que los pobres os
encuentren bondadosos porque ellos son los que un día nos abrirán las puertas del paraíso! Amén.